domingo, 25 de septiembre de 2016
TAL DIA COMO HOY
En septiembre de 1991, la revista El Gran Musical le hace una entrevista de 40 preguntas a Alejandro Sanz, que en ese momento tiene 22 años. Le preguntan por sus inicios, por qué ha salido en solitario y no en el seno de un grupo a lo que responde: "Hay muchos grupos que en realidad son un solista más un número de personas que lo acompañan. ¿Para qué iba a disfrazarme? Sólo iba a complicarme la vida y a traerme problemas". Cuando le preguntan por la espina que quería quitarse, lo tiene claro: "Grabar un disco. Quería demostrar al mundo todo lo que he aprendido", y confiesa que "en general he aprendido de mis propios errores". También le preguntan cuál es el error que le gustaría borrar y responde: "No haber hecho desde hace tiempo lo que quería, grabar". Y es que Alejandro confiesa haber tenido miedo: "Tenía miedo quizás de no funcionar bien. Prefería coger otro tipo de trabajo hasta que me di cuenta de que los trabajos que realmente llenan son los que uno mismo hace cuando a uno le gustan". La revista también le pregunta en qué gasta lo que gana: "En instrumentos. Y, por qué no decirlo, en juergas.... Voy invariablemente de un sitio a otro". Otra de las preguntas es quién ha sido su primer ídolo y el madrileño confiesa: "Paco de Lucía. Y también me gustaba mucho la morena de pelito corto de Los Ángeles de Charlie. Era la que menos buena estaba de todas pero era la que más me gustaba". Alejandro también responde a preguntas como cuál ha sido el último lujo que se ha permitido ("Cantar mis propias canciones y comprarme la guitarra con la que siempre he soñado, una Ovation"), el dinero que cobró por su primer caché como artista ("Cobré unas 5.000 pesetas por cantar en un piano-pub de Madrid"), y sobre chicas. Por ejemplo, le preguntan si se deja invitar cuando sale con una chica: "Pues... soy un poquito chapado a la antigua e intento pagar pero si se pone pesada, no me importa", si cuando va por la calle y se cruza una chica 10 se para y no esconde sus sentimientos o pasa con aires de indiferencia, a lo que confiesa: "Yo soy de los que se paran y miran. Yo admiro la belleza y cuando veo a una mujer despampanante miro sin disimulo" o si desea ir al altar en traje de pingüino y con una novia vestida de blanco: "No exactamente. Yo soy de los que se irían a vivir a un piso con su chica. Pero puestos a casarnos, lo haría a lo grande con toda la ceremonia, en plan Príncipe de Gales". Alejandro confiesa haber vivido pisando fuerte sus 22 años aunque "creo que no soy una excepción entre la gente de mi generación" y cuando le preguntan si se ha sentido manipulado alguna vez dice: "No, la verdad es que no. Y tampoco me dejaría manipular. No creo que lo hiciera porque soy de sangre caliente. Soy de los que chillan mucho. Paso enseguida a la ofensiva", y si le cuesta ganarse enemigos responde: "Cuando dices lo que piensan en principio se cabrean mucho contigo pero yo creo que al final lo agradecen. No creo tener enemigos. Cuando dices la verdad, la gente te lo suele reconocer". También habla de sus manías ("Cuando algo no me funciona bien, me suelo descubrir hablando solo en la cama"), de cómo duerme ("De lado y agarrado y abrazado a la almohada"), de lo que se reprocha a sí mismo ("ser tan visceral, a veces me gustaría ser más frío y calculador"), de su mejor virtud ("capacidad de lucha cada día para hacerlo siempre mejor"), de las horas diarias que pasa frente al espejo ("Pocas, aunque tengo un pelo muy rebelde") o a quién le pediría un autógrafo ("A cualquier grande de la música, por ejemplo a Phil Collins"). Finalmente le preguntan qué es lo que nunca le gustaría que dijeran de él y responde: "Ya no es ni sombra de lo que era".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Finalmente le preguntan qué es lo que nunca le gustaría que dijeran de él y responde: "Ya no es ni sombra de lo que era". :(
Publicar un comentario