Alejandro apura sus últimos días de descanso antes de coger ese tren de los momentos que le ha llevado por media Sudamércia y que tuvo que detenerse antes de llegar a EEUU debido al estrés. El médico le recomendó a Alejandro que se tomara unas mini vacaciones, algo que tuvo que hacer a su pesar. Con la ilusión puesta en su reaparición el próximo 4 de agosto en Santiago de Compostela, el artista se ha sincerado en una entrevista, donde explica que durante una de sus actuaciones comenzó a sentir que le faltaba aire: "me sentía cansado y sin ganas de comunicarme con los demás. Casi me desmayé durante un show." Sin embargo este agotamiento no tenía que ver con la gira, sino con la carga de lo anterior: el chantaje por parte de sus empleados, la noticia del hijo nacido fuera del matrimonio, y su separación matrimonial. "Te meten en un circo mediático donde la gente quiere ser juez, fiscal y testigo. Pero nunca he dejado que esa tropa me manipule." En estas semanas ha conseguido curarse en un país sudamericano y es que dedica doce horas a una terapia que incluye deporte y charlas con psicólogos. "Se trata de realizar un trabajo con lo que aquí llaman defectos de carácter." Sanz asegura que se cuidará más a partir de ahora.
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