martes, 10 de septiembre de 2013
TAL DIA COMO HOY
El 10 de septiembre de 1998, Alejandro lleva su gira Más a la abarrotada plaza de toros de las Ventas de Madrid por cuarta vez. Vestido de negro dedica "Si hay Dios" a los más necesitados mientras en las pantallas gigantes aparecen imágenes de la catástrofe de Doñana o la pobreza en el tercer mundo. Esta es una noche especial: "Este concierto es el pequeño granito de arena que quiero aportar para aliviar las cosas tristes de este mundo" dice Alejandro. Pero en ese momento terminan las imágenes de catástrofes y aparece la cara de un niño del Sudán. Con sus grandes ojos negros observa a los espectadores. El niño parece escuchar las palabras de Alejandro y de repente sonríe. Su sonrisa en la mejor forma de agradecer que Alejandro le dedique sus casi tres horas de show. No es la primera vez que el cantante utiliza su música para ayudar a los demás: "En lugar de hacer la mili estuve un año colaborando con ANDE. Esta asociación ayuda a disminuidos físicos y psíquicos y me gusta como lo hacen. Desde entonces siempre que puedo les echo una mano." explica Alejandro dos días antes en una rueda de prensa. Las otras dos asociaciones para las que recauda fondos con su concierto son Unicef y Greenpeace: "Para Unicef organicé una recogida de juguetes. La reacción de la gente fue maravillosa, ¡Nos desbordaron!" cuenta Alejandro que en el concierto de Madrid le acompañan unos amigos muy especiales. Uno de ellos es Pancho Céspedes con el que canta "La vida loca". Cuando terminan se abrazan y Pancho le dedica un "te quiero, maestro". Luego es Alejandro el sorprendido cuando su amigo y profesor de canto le dedica la canción "A mi manera" y dice: "Así lo ha hecho Alejandro, a su manera y ¡de qué manera!". La mirada de Alejandro se nubla y cuando quiere dar las gracias no puede: está tan emocionado que no le sale la voz. Entonces baja el micrófono y sencillamente le abraza. La noche avanza y llega el momento más esperado: "Corazón partío". De pronto salen al escenario tres coristas con las que Alejandro bromea: "¿Qué canción habéis venido a cantar conmigo? No me acuerdo del título..." dice. Pero todos saben que por fin llega la magia con las tiritas para el corazón. Alejandro está feliz, el público está con él y uno de sus sueños se ha cumplido: "Llevo diez años trabajando en la música y hasta este año no había actuado en las Ventas... y ha sido como yo soñaba. Bueno, mejor que como yo soñaba. No esperaba cuatro días en Las Ventas ni siquiera en mis sueños, pero sí esperaba que estuviera lleno hasta la bandera" son las palabras de agradecimiento de Alejandro.
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