tu ropa cuelga en el porche.
Saludo, me reconocen,
¿que pasó? ¿donde vas? Llévanos.
Me gritan todos los balcones.
Tengo un nudo que no sé deshacer.
Mi cabeza escuela de calor.
Hasta que el otoño al fin se asome.
No se esconde.
Lo que sientes ahora mismo no se esconde.
Está tan cerca que puedo escuchar tus ganas riéndose.
Tu respiración se posa en mi piel suave, miénteme.
Eres tu la versión más feroz de tu ser, tú.
Cerca de mí está tu pecho.
Tus latidos, uno por uno los cuento.
No siento ni que haya luces a mi alrededor.
Y todo huele a ti, las horas vuelan.
Pero, dame, un poco de ese ritmo que tu tienes en tu corazón.
Y ahora abrázame (porque me huele ti)
que la noche está muriendo.
La ciudad se traga los coches,
la luz revienta la noche.
Rompo los moldes de entonces,
no hay quien me desmonte.
Un sitio que maniobre, tu piel morena de cobre.
Si bebo para verte doble, solo veo tu porche.
No se esconde hasta el último átomo de mi ser responde
con que solamente sin querer me roces con tu piel.
Respirar y descubrirte pasar una sola vez.
Eres tu la versión más feroz de querer, tú!
Cerca de mí está tu pecho.
Tus latidos, uno por uno los cuento.
No siento ni que haya luces a mi alrededor.
Y todo huele a ti, las horas vuelan.
Siento tu cuerpo palpitando al lado del mío.
Siento tus labios sobre mis besos.
Mira, mírame y dame tu dolor más nuevo.
Yo estoy aquí amor, ya no temas más.
Pero, dame, un poco de ese ritmo que tu tienes en tu corazón.
Y ahora abrázame (porque me huele ti)
que la noche está muriendo.
Tu, tu me das todo lo que quiero.
Tus latidos, uno por uno los cuento.
Lo siento las luces a mi alrededor
y todo huele a ti.
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