El autor de “Corazón partío” cuenta a LA PRENSA GRÁFICA que El Salvador siempre tuvo un significado especial desde su infancia. Él y su familia se deleitaron con el fútbol del salvadoreño Jorge “Mágico” González en su época con el Cádiz. Años después, Alejandro Sanz cantó en el estadio que lleva el nombre de su ídolo deportivo, conoció al genio de la pelota y se quedó con el cariño del público, según cuenta en esta entrevista.
Como artista siempre has tenido una muy buena relación con El Salvador. ¿Cómo explicas esa conexión con nuestro país?
Siempre me han tratado con un cariño y un calor muy especial en El Salvador y eso no es fácil de olvidar. Además es especial por un estadio como el “Mágico” González, pues mi familia es de Cádiz y hemos disfrutado del “Mágico” como futbolista tanto que imagínate; de hecho, tengo un balón autografiado que me firmó él la última vez que estuve en el estadio y también fue al concierto. Pues esas cosas que pasan, alguien hace algo extraordinario y pone a su país en la primera plana a tantos miles de kilómetros. Yo ya desde muy chiquitito sabía dónde estaba El Salvador y sabía lo que significaba El Salvador, pero cuando tuve la oportunidad de llegar y ver el cariño con el que me recibían y ver lo generosa que es la gente, la verdad es que me llenó de una gran alegría y vuelvo a El Salvador con la misma ilusión.
En cada tour sueles llamar la atención con la producción en el escenario, ¿con qué piensas sorprender?
Siempre intento cuidar la parte visual porque creo que también ayuda a contar la historia que quiero contar a través de las canciones. No se trata de subir al escenario a cantar una canción detrás de otra, sino de dar un espectáculo que sea parte de toda la historia. Pues yo tengo a uno de los mejores ingenieros de luces, Luis Pastor, que para mí es de los mejores del mundo, un tipo que ahora está haciendo el Festival de Viña del Mar porque los del festival vieron un concierto mío y se enamoraron del trabajo de él. Yo lo que hago cuando monto un nuevo concierto es que monto todo dentro de una nave industrial, el escenario completo, con todas las luces y la banda. Empiezan a tocar todo el concierto de arriba a abajo y así yo lo estoy viendo durante 10 días y voy viendo todo lo que va pasando. Luego, junto a Luis Pastor, voy cambiando y voy contando la historia que quiero contar. Yo creo que les va a gustar mucho, es algo muy sorprendente que nunca se ha visto sobre un escenario.
Hablemos del concepto del nuevo disco “Sirope”. ¿Qué piensas endulzar con esa producción?
Yo creo que si la música tiene arterias, si tiene venas, lo que debe pasar por ellas debe ser sirope, que es algo que endulza, pero que cura. La música tiene la facultad de curar la parte emocional del ser humano.
Desde tus primeros discos se ha notado una evolución en los arreglos musicales y me parece que en “Sirope” se resumen las influencias que has tenido en los últimos años...
Yo creo que tienes mucha razón. Creo que la fuerza más poderosa al crear música es el amor que le tienes al trabajo, y otra cosa es tener los sentidos abiertos para poder aprender todo el tiempo. Yo voy escuchando y voy añadiendo al baúl de mis herramientas. Los estilos que estoy utilizando los conozco de toda la vida, por ejemplo en el disco de “El tren de los momentos” ya aparece la influencia del funk.
Este es el link: http://www.laprensagrafica.com/2016/05/06/alejandro-sanz-vuelvo-a-el-salvador-con-la-misma-ilusion
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