Alejandro Sanz lo ha vuelto a hacer. Por segundo día
consecutivo el maestro ha demostrado que sigue siendo el más grande ante un
Palacio de los Deportes de Madrid abarrotado de seguidores que coreaban a gritos
sus canciones, himnos ya, sin lugar a dudas. A las 22:00, tan puntual como la noche anterior, Alejandro Sanz aparecía en
pantalla protagonizando un vídeo de Greenpeace de una campaña para salvar el
Ártico. Sonaron las notas de "Llamando a la mujer acción" y "Cómo
decir sin andar diciendo". Comenzaba otra noche mágica,
cargada del mejor pop y las mejores vibraciones. Sanz se arrancaba: “Buenas
noches, Madrid. ¿Qué va a pasar esta noche aquí? Algo bueno va a pasar", decía
el maestro. Dicho y hecho. El público se entregó en cuerpo y alma desde el primer tema. Las
miles de personas allí congregadas no pararon de corear ni una sola de sus
canciones. Desde el principio hasta el final. En total, en sus dos fechas en
Madrid, el genio de Moratalaz consiguió reunir a 30.000 personas y
agotar todas las localidades. ¿A qué más cosas en esta vída se le
podrían llamar éxito? Pronto sonaron "Quisiera ser" y "Camino de rosas" y todos querían
que el tiempo se detuviera. "Corazón partío" fue una de sus canciones más
aclamadas. ¿Pero cuáles no lo fueron? También "No es lo mismo" tuvo gran
acogida y "No me compares". Parecía como si no hubieran transcurrido 20
años entre sus primeros éxitos y los más recientes. Sanz no paró de
sorprender ni un momento, de tocar como un maestro cada palo y cada
género de su estilo, desde el pop, al rock, pasando por el funky y el flamenco.
Dos grandes bazas se guardó para el final: "Looking for Paradise" y
"La música no se toca" brillaron más que nunca en directo. Para los bises se
reservó "Amiga mía", "Mi marciana" e "Y si fuera ella". El público
no podía estar más feliz.
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