jueves, 8 de agosto de 2013
Gira La música no se toca - Alejandro Sanz protagoniza un concierto de manual en Peralada
Alejandro Sanz ha protagonizado una noche de pop español en el auditorio que acoge los conciertos del Festival de Peralada, donde ha ofrecido un espectáculo de manual, en el que ha contado con el acompañamiento de diez músicos,
adornados por una fiesta de efectos lumínicos impactantes y en el que ha repetido los guiños habituales en su gira. "La música no se toca" es el nombre del último trabajo de Alejandro que el artista ha defendido sobre el escenario después de haber conquistado el éxito en un sinfín de países. Lejos de sus habituales actuaciones en espacios de grandes dimensiones, el madrileño ha trasladado su propuesta a la intimidad que ofrece el auditorio de Peralada, donde el público ha disfrutado de la proximidad a su ídolo. Con quince Grammy latinos y tres anglosajones, Alejandro tiene poco
que demostrar y esta noche se ha dedicado a poner de pie al público con sus éxitos más conocidos y a dejarse querer por sus músicos y por un público que se conoce sus canciones de memoria. Sanz ha repasado "La música no se toca", pero también buena parte de su carrera discográfica ante un auditorio entregado que ha coreado buena parte de sus canciones.
La música de uno de los artistas españoles más internacionales trata de sentimientos más allá de una puesta en escena espectacular y Peralada fue testigo de cómo sus letras son capaces de llegar al público. Las canciones de Alejandro desbordan optimismo, aunque relaten pasajes de la vida que de una u otra manera todo el mundo ha conocido
alguna vez. Por si la personalidad, la experiencia y el talento de Sanz no fueran suficientes, el madrileño estuvo arropado en Peralada por unos músicos excelentes y unos coros que engrandecen las piezas del repertorio. El
artista llega de girar por medio mundo, actualmente centrado en España, y, en este concierto, se limitó a repetir la fórmula que ha aplicado en la mayoría de sus actuaciones. El espectáculo lumínico merece capítulo aparte, desde la introducción con tres carpas sobre el escenario en las que se proyectaba su imagen además de otros efectos a una pantalla gigante con cámaras que recogían en directo los detalles del espectáculo. Alejandro abrió con "Llamando a la mujer acción" y, desde el inicio, se propuso poner al público del auditorio de pie, algo que consiguió a partir de la quinta intervención, un cóctel de canciones que incluían temas como "Nuestro amor será leyenda" o "El alma al aire". Tras "Camino de Rosas", Sanz confesó que iba a decir algo que ya había dicho en otros muchos conciertos, aquello de que la utopía es perseguir un objetivo que siempre se aleja y que lo importante es el camino. Más tarde, otra colección de canciones agrupadas, temas de ahora y de antes, el "Corazón partío" y para acabar "La música no se toca", la canción
que da nombre a la gira, tras la que dos bises pusieron el final a la actuación del madrileño, al que no le frenó la lluvia que cayó en algunos momentos.
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