TAL DIA COMO HOY

El 21 de octubre del 2000, Alejandro Sanz es portada de la revista Vale que nos desvela cómo es el nuevo Alejandro que ha regresado con más fuerza que nunca al panorama musical gracias a la salida de su álbum "El alma al aire". Ha estado medio año viviendo en Miami para grabarlo, en su mansión de South Beach, frente a un embarcadero precioso y lleno de comodidades donde también se ha redescubierto a sí mismo, pues ha aprendido una nueva manera de vivir y de sentir la música. Además ha descubierto una nueva afición: la pintura. Tiene ya unos 30 cuadros: "Pintar me relaja mucho, pinto imágenes que llevo en la cabeza, soy un observador. Me pongo a Rachmaninov y pinto retratos, paisajes.. Es como si a la pintura le echaran algo adictivo" bromea Alejandro al que ya no le motiva tanto salir a romper la noche como antes: "Prefiero montar fiestas flamencas en casa y divertirme, guitarra en mano, con mis amigos", dice confesando que es un "noctámbulo empedernido" pues durante su encierro en Miami ha creado la mayoría de sus temas en sesiones nocturnas: "Me funciona más acostarme a las seis de la mañana y levantarme a las cinco de la tarde que al revés. Las mañanas no me van". El cantante confiesa que lo mejor de su profesión es que le permite que cada día de su vida sea distinto: "Creo que hay que tomarse la música como un riesgo. Hay que divertirse..." dice el guapo madrileño que desea exprimirle el máximo jugo al día al día: "Si me preguntas cuál es un día cualquiera en mi vida te diría que no lo tengo, porque para mí todos los días son importantes". Y otra de las cosas que ha descubierto en Miami es la cocina y tiene una especialidad que le sale de muerte: "Una receta de arroz con verdura", aunque cuando habla de sus platos favoritos dice: "Me gustan las ostras, los percebes, la fideuá, el arroz negro y el jamón de Jabugo". Alejandro dedica muchas horas a escribir canciones: "Me encanta escribir, no paro nunca y lleno folios y folios sin parar". Pero aparte de esto también posee un negocio a medias con su gran amigo Miguel Bosé. Se trata del hotel Rocamadour regentado por la hermana de Miguel. A pesar de su trabajo, Alejandro no tiene móvil: "Me extirpé el móvil: es una operación indolora, rápida y muy beneficiosa que se la recomiendo a todo el mundo", comenta Alejandro que se ha marcado una meta hermosísima e ineludible: "He decidido que ser feliz es mi segunda profesión" y un proyecto que tendrá que posponer para más adelante: "Se me ha metido en la cabeza ir al desierto, quiero que me aplaste el silencio durante el día y la visión de las estrellas por la noche." dice Alejandro.