Alejandro Sanz sí es profeta en su tierra. En esa en la que pasó, sobre todo, tardes de verano interminables a la orilla de la playa de El Rinconcillo, la que vio nacer a su padre y la que ayer se volcó para darle la bienvenida tras 19 años de ausencia. Su última cita en el coso de Las Palomas fue también un 1 de agosto, pero de 1996. La plaza de toros vivió un lleno absoluto con diez mil almas. En esa misma plaza Alejandro Sanz vio su primer concierto, uno de Joan Manuel Serrat. Por entonces soñaba que una noche iba a estar en ese escenario, y con la de ayer ya van dos sueños cumplidos. Fue un concierto brillante el que se vivió ayer en Algeciras, ávida de citas de envergadura como ésta. Si Alejandro Sanz tocara esta noche volverá a colgar el cartel de 'no hay billetes'. Sin duda. Porque es profeta e ídolo en su tierra, esa que según dijo durante el concierto le da un calorcito especial que se lleva allá donde va. Y con el calor de varios especiales contó ayer, como el de su amigo de la infancia, José Carlos Gómez; Pepe de Lucía, hermano de su gran amigo Paco; y con su prima, Mónika Bellido. Con ellos cantó el Adivínalo de Flores el Gaditano que su padre, Jesuli Sánchez, cantaba cuando formaba parte del Trío Juventud junto a Ana María Spínola y Beatriz Calderón. También sorprendió a los asistentes con un dúo con el también cantante y compositor Pablo López, con el que interpretó A que no me dejas. La cita con su público comenzó puntualísima. A las diez en punto se apagaron las luces que iluminaban el tendido y comenzó la cuenta atrás. Entonces aparecieron los músicos y poco después él, el aclamado Hijo Adoptivo de Algeciras y desde ayer, también embajador de la ciudad. Todo un lujo. El músico comenzó desgranando las canciones de su último trabajo, Sirope, todo un alarde de composición y un espectáculo musical. Los miembros de la banda, excepcional, se alternaban tocando distintos tipos de instrumentos e incluso cantando, a coro y en algunos momentos incluso en solitario. Entre canción y canción en este primer tramo del concierto Alejandro Sanz interactuaba con el público. Saludó a los asistentes tras el primer tema y poco después confesó que estaba muy nervioso cuando comenzó su actuación. "Es una alegría poder volver aquí. Presiento que va a ser una noche especial", lanzó a una multitud que el cantante ya tenía en el bolsillo, no eran palabras gratuitas. No tardaron en aparecer los éxitos de siempre del compositor. Con Desde cuando levantó a los que aún no se saben las canciones del nuevo disco y el público comenzó a entregarse más. Tras el éxito La música no se toca, con la que danzó toda la plaza, llegó uno de los momentos álgidos de la noche al hilvanar tres de sus mayores éxitos: Amiga mía, Mi soledad y ¿Y si fuera ella? No daba tregua Alejandro Sanz, que tras recordar ante el público su infancia en El Rinconcillo dio entrada a su amigo de la infancia, José Carlos Gómez, que tocó la guitarra en otro de los clásicos, Corazón partío. Pasaron una hora y tres cuartos sin que Alejandro parse sobre el escenario y hasta las 23:45 no se tomó un respiro. Todo un derroche de arte y de tablas, que de esas tiene y bastantes. Volvió del receso y en solitario y al piano tocó ¿Lo ves? Uno de los momentos más íntimos de una noche, que sí, que estaba siendo especial, y mucho. Y más especial que se tornó cuando aparecieron sus paisanos para cantar el Adivínalo, ese regalo que le hizo a su tierra en el pregón de la Feria de 2014 que ofició Juan Carlos Chaves. La despedida fue muy emotiva. "Me llevo esto para el resto de la gira y de mi vida". También lo harán las diez mil almas que vivieron una noche única y muy especial. Este es el link: http://www.europasur.es/article/ocio/2083000/profeta/su/tierra.html
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