A pesar de la dureza de la prensa en ocasiones con Alejandro Sanz, sobre todo en el pasado, él no muestra reparos en la entrevista ni pone pegas ni condiciones. Poca coraza aunque mucho de perro viejo. Eso sí, sin disimulo: eso no te lo digo, que van a saber mucho de mí y no quiero. Sin malos tonos ni paseos innecesarios. A punto de comenzar su gira por España de Sirope, el 8 de julio arranca en Barcelona, se muestra cercano y con solo una mirada me lanza un "Paula, tienes que descansar..." que me lleva a devolver la pregunta.
¿Y usted, descansa?
Yo no puedo, me he metido ya en demasiadas cosas para echarme atrás.
Como esto de aceptar que sus letras vayan en tarros de Nocilla, ¿se siente Generación Nocilla o Generación X?
Es que la Nocilla representa la parte de nuestra infancia. Y yo me siento mucho más generación Nocilla que X.
¿Tras sus letras quién está, es usted tan dulce como ellas?
Puedo ser dulce, pero puede ser de cualquier sabor: depende del momento, el día y la hora.
¿Qué le amarga?
Me amargan el día algunas cosas. Ayer veía un informativo y lo tuve que quitar porque me iba a amargar el día.
¿Lo que más le desestabiliza?
Más que las cosas en concreto, me desestabiliza ver hacia dónde vamos. Mirar Europa y ver hacia dónde va me desestabiliza, y es algo que se ha puesto al descubierto cuando ha pasado lo de los refugiados. Estas personas que vienen huyendo del miedo se van a meter en la estupidez y en la cobardía. Huyen del miedo y se meten en la cobardía.
¿Qué canción le pondría a este momento del que habla?
La Guarida del calor, pero sería La Guarida de la vergüenza. Me avergüenza lo que ocurre en Europa con los refugiados. Europa no es lo que se quería, no es ese país de países que se buscaba.
¿Y la música, país de países?, ¿o qué papel le daría?
La música es la argamasa de las emociones. Una misma canción la escucha gente de cualquier religión, ideología o lugar. No existe nada que sea más universal que la música, bueno, probablemente el amor.
Sí, pero el amor no puede ponerlo uno cuando quiera, como una canción..
No, claro, eso no.
Va a hacer 20 años del disco Más, ¿el más importante de su carrera?
Fue el disco mítico, el más vendido de España y uno de los más vendidos del mundo. Me gusta mucho, creo que es un buen disco. Hay canciones de mi carrera que me cuesta más escucharlas o entenderlas con el paso del tiempo. Otras sí me las pongo y otras no las pongo hace muchísimos años.
¿Cuál?
No, no te lo voy a decir.
Pero igual sí me puede decir la que sí se pone...
Enséñame a querer.
El balance de los 20 años que celebra con Más ¿cuál es?
Yo era un niño con 16 años que lo que quería era hacer canciones. No tenía plan de futuro: nunca pensé en vender millones de discos, lo importante para mí era hacer música, coger mi guitarra, cantar y evadirme de todo lo que no me gustaba a mi alrededor. Era mi vía de escape.
¿Qué no le gustaba?
Bueno, en la adolescencia siempre se magnifica todo. Y nosotros, en mi familia, íbamos subsistiendo de a poco.
¿Y si le hubieran puesto a ese adolescente una imagen de usted ahora?
Habría flipado, no me lo habría creído. Habría dicho pero qué pelos lleva.
¿Sigue sin tener plan de futuro?
Tengo, porque tengo hijos, así que tengo que tenerlo, pero mi plan es sencillo: hacer lo que me gusta, bien y querer mucho a la gente que me quiera.
¿Por dónde no pasaría?
No pasaría por casarme con alguien que no fuera mi esposa, y me refiero con esto a compromisos con partidos políticos o empresas. Y no hipotecaría mi vida por tener cosas. Este sofá, por ejemplo, va a durar más que nosotros. Cuando nosotros ya no estemos, el sofá seguirá estando.
¿Dónde imagina que estaremos nosotros?
Donde sea. Yo creo que hay un cielo maravilloso con cervecita y de todo, pero cada uno que crea lo que quiera.
¿Puede elegir en quien se reencarnaría?
Pues con las manías que tengo... Soy de gustos sencillos, pero tengo manías, y son mías y no las cuento que si no la gente va a saber demasiado. Me reencarnaría en alguien que fuera feliz, que hiciera feliz y que disfrutara mucho. Así que me reencarnaría en Papa Noel.
¿Cree en la felicidad así?
No, se puede ser moderadamente feliz. A ratos, y no una felicidad no de tonto, creo en tener momentos de felicidad. Es un estado fluctuante, porque la felicidad constante sólo se consigue con morfina y no es legal. Salvo en los hospitales.
Igual si dejamos de obsesionarnos con la obligación de ser felices, conseguimos serlo un poco más...
Hay una cierta tristeza que me pone muy feliz.
¿Y si buscamos un personaje?
Ya puestos, me gustaría ser Obama. Me gusta Obama. Es el único presidente que tiene swing, que sabe bailar.
Se lo pregunto a usted, que ha triunfado fuera, ¿por qué el rock español no lo ha hecho?
Porque son muy flojos. Hubo una época que se trabajaba muy bien aquí y había que pegarse unas palizas en América tremendas. Aquí había una lista de 30 artistas que vendían muchísimo y todos se hacían sus bolos y vivían genial. ¿Para qué se iban a ir a picar piedra en países donde no los conocían? Bunbury, por ejemplo, también ha triunfado fuera.
Pero Bunbury no es rock...
¿A qué rock te refieres tú? Barón Rojo ya no existe. ¿Leño? Me gustaría que existiera Leño pero no existe. Hay que trabajar mucho en Latinoamérica si quieres triunfar allí, hay mucha competencia.
Cuando paró el concierto porque un hombre estaba maltratando a su mujer dejó claro que usted no quiere ser el que mira y no actúa...
Es que no sé de qué otra forma se puede reaccionar.
La pregunta es: ¿le define en general como persona?
Me sorprendió que se formara la que se formó. Me parecía lo normal intervenir. Yo no me puedo quedar mirando ante un abuso, abusar es saber que estás siendo injusto porque puedes más.
¿Es eso lo que más le duele?
Sí, eso me molesta mucho.
Y así de broche y de música: ¿qué canción pondría a los políticos españoles?
El canto de un grillo: ese cric cric cric.
Este es el link: http://www.20minutos.es/noticia/2792134/0/entrevista-alejandro-sanz-sirope/
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