miércoles, 25 de agosto de 2010
Gira Tour Paraíso - Sanz se luce en Arrecife
Cien mil vatios de luz, veinte toneladas de equipos de iluminación y sonido colgando de lo alto de un escenario de 22 metros de largo, pantalla tridimensional de última generación de 140 metros cuadrados, traído todo ello hasta Lanzarote a bordo de ocho camiones. El montaje propio de un adorado ser de la cultura mediática envuelve al hombre de los 17 Grammys y los 21 millones de discos vendidos en todo el mundo. Unas ocho mil personas se agolpan en la Ciudad Deportiva de Arrecife, congelados en ese momento previo a la emoción que está punto de desatarse. Eso sucede a las 21.38 horas, cuando aparece en escena Alejandro Sanz, tras un vídeo como preámbulo, destinado a presentar el título genérico de la gira. Sanz sale al escenario casi de sopetón, con los acordes de "Mi Peter Punk" como carta de presentación. Y sin respiro se vuelca con "Lo que fui es lo que soy", ganándose el músico madrileño al respetable nada más comenzar. "Lanzaroteeeee....", vocea. Así da la bienvenida a su edén a quienes han decidido seguirle en la Gira Paraíso. Por si fuera poco, tras acabar el segundo tema, tiene Sanz la ocurrencia de alabar a Canarias y su cielo, anoche esplendoroso, con una Luna llena que no quiso faltar al concierto. «Es un tesoro que es una maravilla», suelta casi sin pensar, añadiendo que siente «envidia» de la estampa que era capaz de brindar Lanzarote. Y tras este arranque, el espectáculo es un constante ir a más. Se ve a chicas jóvenes que se llevan las manos a la cara, parejas que bailan mansamente, con un vaivén de suave oleaje. Han quedado atrás los tiempos del mechero. Todavía queda algún nostálgico, pero lo que prima para acompañar las baladas son las pantallas de los teléfonos portátiles. Y los temas románticos, como es lógico, no escasean en el repertorio de veinticuatro canciones que integran el recital del músico. Al contrario de otros, no deja fuera casi ninguno de sus grandes éxitos. El músico afincado en Miami, sigue con "Desde cuándo" y con "Viviendo deprisa", "Nuestro amor será leyenda", "Corazón partío" o "Y si fuera ella". Sanz se apoya en una sólida banda de nueve músicos fichados en Nueva York (el director musical Mike Ciro, el teclado Chris Hierro y el batería Nathaniel Townsley) , Arkansas (la corista Sara Davine), Camerún (el bajo Aramand Sabal), Londres (el guitarrista Jan Ozveren) y España (Alfonso Pérez al teclado, Carlos Martín en vientos y percusión y a los coros Txell Sust).
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