viernes, 25 de febrero de 2011
Rueda de prensa de Alejandro en Viña
"Los premios tendrán que llegar rápido", bromeó Alejandro Sanz durante la conferencia de prensa que dio esta tarde en uno de los salones del Hotel Sheraton Miramar previa a su actuación de este sábado en el Festival de Viña del Mar. "A la cuarta canción tendré que ganar la primera antorcha", insistió el cantante español que mañana abrirá la última jornada del Festival de Viña. Sanz, además, adelantó que su show tendrá una duración de 90 minutos -tiempo pactado con la organización-, aunque no descartó la posibilidad de alargar su actuación si el público se lo pide. Sanz manifestó su admiración por Sabina, que se presentará el próximo 12 de marzo en Santiago y con el que en 2010 grabó una versión de "Lola Soledad". "Yo adoro a Joaquín. Es el profesor que siempre quise tener para mi escuela. Me hubiera gustado que me hubiera dado clases de historia y de todo", dijo el artista, reciente ganador de un premio Grammy por su último disco, "Paraíso Express", que incluye ese tema cantado a dúo. Sanz asegura además que la casa de Sabina "tiene una magia especial". "Él lo rodea todo de magia. Hablamos de infinidad de cosas: de lo humano, de lo divino, de política, religión, todo. Y todo en un tono que me encanta, porque no dramatiza nada", alabó. Otro de sus cercanos es Iván Zamorano, el ex futbolista del Real Madrid, al que envió un mensaje nada más llegar a Chile para presenciar junto a él el concierto que en la noche de este viernes ofrecerá el británico Sting en el auditorio de Viña del Mar. Sin embargo, aún no ha recibido respuesta del chileno. "No me ha escrito todavía, quizás por el partido Chile-España (1-2) en el Mundial, no me habla desde entonces. Me dio mucha lata con eso", dijo entre risas. Sanz se encuentra además en una nueva etapa, ya que tras 20 años de colaboración finalizó recientemente su vinculación con la discográfica Warner para comenzar a grabar con Universal, aunque aún no sabe cuándo se pondrá a trabajar en su próximo álbum. "Bueno, eso mismo me dijeron ellos, el disco, el disco. Acabo de firmar, déjame sentarme al menos", volvió a bromear. "Por supuesto que han sido 20 años muy fructíferos. Me he dejado muchos amigos allí también y siempre voy a estar agradecido. Pero bueno, se acaba una etapa y empieza otra con mucha ilusión y muchas ganas con Universal", manifestó. El cantante adelantó además que está inmerso en un proyecto, del que aún no puede dar muchos detalles, pero que "involucra a niños de Zimbabue y a sus familiares", y en el que participan varios artistas. Sobre su última visita a ese país africano, Sanz valoró la "pasión" con la que viven sus habitantes. "No se entretienen en tonterías como nosotros. (...) Cuando vuelves de allí se te quitan todas las pamplinas", señaló. Sanz también se mostró "sorprendido" y "orgulloso" con la capacidad de los chilenos de sobreponerse a la destrucción que causó el último gran terremoto, del que precisamente este domingo se cumplirá un año. "Chile ha salido fortalecido y, como dicen, no hay mal que por bien no venga. Ver que la gente se ha solidarizado, a miles de kilómetros estaban todos pendientes con lo de los mineros, alucinando con la forma en que se resolvió", opinó. Con el fin de recaudar fondos para los damnificados por el sismo, el artista viajó en marzo de 2010 a Chile para grabar una versión de "Gracias a la vida", de la folclorista Violeta Parra. Un año después Sanz está de nuevo en Chile. El hispano, que llega a Viña por tercera vez, aprovechó de destacar al certamen como "el único festival realmente grande que queda", algo que según él se debe a la "idiosincracia" de los chilenos: "Ustedes se han encargado de mantenerlo vivo todos estos años, parecía que se moría, que se quedaba viejo, antiguo (...) Ustedes los chilenos tienen que manterlo así, cuídenlo".
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