miércoles, 5 de diciembre de 2012

Alejandro Sanz: "La música es como mi segunda madre"

Recientemente, el cantautor Alejandro Sanz recibió en Barcelona, España, el cuádruple disco de platino por su disco La música no se toca, que presentó el pasado septiembre y que ha alcanzado un notable éxito en el país natal del artista y en toda Latinoamérica, una parte de cuyo continente ha recorrido ya con su gira. El álbum ha obtenido también platino en Colombia y en México, y oro en Estados Unidos, Puerto Rico, Argentina y Venezuela. Está integrado por trece canciones, con temas como La música no se toca, que da nombre a la producción; No me compares, Llamando a la mujer acción, Mi marciana, entre otros. De esta exitosa producción, Sanz dialogó con Diario EL UNIVERSO en una entrevista telefónica, en la que reafirmó su gran amor por la música.
¿Qué vende Alejandro Sanz en este nuevo disco?
Básicamente es una especie de homenaje a la música. Creo que últimamente cambia a mucha velocidad casi todo alrededor de la música y la comunicación. Pero a lo que no tenemos que renunciar nunca es a la calidad de la música. Yo creo que hay que seguir manteniendo la calidad y este es un pequeño homenaje a eso.
¿Este disco es la manera de celebrar sus 20 años de carrera?
Hay una canción que le dedico a esto. Creo que todos los discos tienen una forma de celebrar la vida entera. Espero que el día que me vaya de aquí, si algún día me muero, que no creo... (entre risas), me gustaría echarle un vistazo a todos estos discos y ver qué es lo que cuentan uno detrás del otro. Porque estoy seguro de que hay toda una historia en todo esto que no es premeditada y a veces el subconsciente también compone, es como parte de las canciones que yo escucho pasado el tiempo y descubro partes de mí que quizás ni siquiera me daba cuenta cuando las estaba escribiendo, así de fuerte es el subconsciente a veces en la cultura y en este caso en la composición. Todos los discos son una celebración de algo, una celebración de la vida. La música es un regalo, la vida es un regalo y la música nos lo recuerda.
¿De quién defiendes a la música, al decir que “La música no se toca”?
Bueno, de nosotros mismos, de los músicos a veces y de todo lo que se crea alrededor de ella. Hay muchas discusiones alrededor de la música, de los formatos que tiene, de cómo la gente la escucha, de cómo la consume, de que si las canciones suenan en la radio o no suenan en la radio, que si son comerciales o no son comerciales. La música está por encima de cualquier tipo de discusión, más o menos interesada o más o menos ridícula o más o menos inteligente sobre lo que hay que hacer alrededor de ella. La música es una cosa y la industria musical, otra. Para mí la música incluso está por encima del que la hace y del que la escucha. Recuerdo que yo de muy pequeño empecé a hacer música porque era el sitio en que me sentía refugiado, me refugiaba en la música porque era bastante tímido y no me gustaba relacionarme mucho, me sentía inseguro en muchas otras cosas y la música me refugiaba. Para mí la música es como mi segunda madre.
¿Cuánto tiempo le tomó hacer este disco?
No sabría decirte exactamente el tiempo. Hay noches bellas en las que se te ocurren cosas, hay noches mágicas, hay noches de estar cuidadas y noches en las que sale el sol. Pero yo el tiempo que estoy en el estudio es muy difícil decirte, puedo pasarme 16 horas diarias durante 5 meses y luego por ahí hay canciones que han empezado a escribirse 3 meses antes, no es algo que tú puedas moldear. Es algo que está tan lleno de matices y, claro, los matices se escapan a los horarios.

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