TAL DIA COMO HOY

En julio de 1994, Alejandro viene en la revista Lecturas. El cantante tiene 25 años y en ese momento se encuentra pasando una temporada de descanso en la finca que sus tíos tienen en Carmona (Sevilla), mientras ultima los preparativos de su nuevo disco. "Llevo un año agotador, lleno de trabajo. Desde enero he cruzado varias veces el charco para promocionar mis canciones y no veas lo que son los viajes de promoción por Sudamérica. Concretamente ahora acabo de llegar de Argentina y pronto me volveré a marchar. ¡Menos mal que este verano no haré gira!" dice Alejandro. Le preguntan qué hace durante estos días de descanso a lo que responde: "Cambio totalmente el ritmo de mi vida. Salgo poco, leo mucho, monto a caballo y juego con mi perra Kila. Pero lo más importante es que puedo reencontrarme con mi familia y ver a los amigos de siempre". La revista le pregunta si vive solo: "No, vivo con mis padres y mi hermano en una casa que alquilé hace un año y de momento no me apetece independizarme"; y si ha pensado en casarse y tener una familia: "¿Casarme ahora? ¡Antes de contraer matrimonio me suicido! Pero si ni siquiera tengo pareja... Con tanto viaje y tanto trabajo es difícil encontrar una chica que aguante las ausencias, que me soporte. Soy una persona muy enamoradiza pero aún no he encontrado a esa mujer ideal que me haga sentir de forma especial", dice el cantante, que confiesa que en lo primero que se fija en una mujer es "en sus ojos, en las emociones que me produce su mirada". Alejandro lleva bien la popularidad: "A mí me encanta que mis fans me pidan autógrafos y que la gente me reconozca por la calle. Yo siempre estoy dispuesto a hablar con todo el mundo porque para eso trabajo ¿no? Lo triste es que nadie hablase de mí". Y se le da muy bien el flamenco, pero cuando le preguntan cuándo grabará un disco en el que predomine ese estilo responde: "Entiendo bastante de flamenco e incluso he llegado a componer para María Vargas o Azúcar Moreno, pero no me atrevería. Pienso que hay gente que lo hace mucho mejor que yo". Finalmente le preguntan por su mayor defecto y su mejor virtud: "La paciencia. Creo que es un arma de doble filo. Soy un hombre bastante tranquilo y siempre estoy dispuesto a esperar".