No se engañe, usted se lo merece, usted se merece un diluvio de abrazos, una guerra de besos, una estampida de ñus en África, una lluvia de estrellas en el Ártico... Se merece el silencio del hielo y el estruendo de mil tormentas, la quietud de todos los vacíos, la inmensidad de todas las galaxias del firmamento, el calor abrasador del roce bajo la lluvia protegido por un paraguas, la cautela de la caricia que no ha sido confirmada... La inquietud de la cercanía que no se ha consultado... La aventura de la vida... No me lo diga. No sabe de qué le hablo, claro, por eso no lo encuentra y, sin embargo, lo tiene ahí... Es suyo. Usted lo inventó, estoy hablando de su pedazo de paraíso... de su remanso. Eso que invariablemente usted busca año tras año en el espacio de tiempo que le permiten sus "prioridades", "necesidades", "responsabilidades"... Ese espacio que ya se va acabando y ya se va empezando. Si usted ha leído durante este agosto algo de lo que he escrito, sabrá que se lo agradezco, sabrá que lo he notado... y sabrá que no intentaba más que invitarle a revolcarse en el barro de la palabra, sin más pretensión y con toda la intención. Sólo traté de explicarle que en medio de toda la realidad diaria e implacable, en medio de otra convulsión y la misma revolución, de los escándalos y los sucesos, los bordes de los desastres, las injusticias, los precios... En medio de todo lo feo que día a día aparece en las páginas de un periódico... En medio de nuestro miedo y nuestro asombro y nuestro escombro... En medio de todo podemos encontrar nuestro paraíso lento... Descansar de nuestro deber de salvar al mundo nos hace más valiosos, más útiles y sacudirnos el juicio y renunciar al responso y negarnos a opinar y a ponernos de un lado o del otro... Y abdicar de los tronos y bajarnos del podio y escapar y enfrentar nuestra búsqueda y nuestro fin. Sin quedarnos a un lado de nuestro camino, sin querer jugar la partida de otros... Y ahí... ahí escondido y no tanto, créame, encontrará ese paraíso. Y allí que es aquí... ahí, que significa dentro de mí, es donde está el mío, que significa míos y nuestros, de mi gente, de los míos. Looking for paradise querid@, es nuestro destino... bello y simple pero esquivo... Lo demás son pamplinas y desastres y rutinas. No se engañe, usted se lo merece por hacerme caso. Las frases ya son como de la familia. Y ya la calé señora, ya sé quién es, se llama... vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario