viernes, 1 de junio de 2012

La historia de la tarta

La artista Teresita Chuecos fue la repostera elegida por Sanz y su mujer para celebrar el bautismo de su tercer hijo. Recibió el encargo desde Nueva York a través de una conexión de Skype donde alguien daba las indicaciones pertinentes de cuándo, en qué fecha, en qué lugar y como debería ser entregada la tarta. Y así se hizo. La primera etapa estaba marcada a doscientos y pico kilómetros de Madrid en un hotel cercano al lugar de la entrega. Allí esperaba un contacto que llevo a Teresita Chuecos y sus ayudantes a las puertas de una finca que, ante la sorpresa de la profesional, estaba custodiada de reporteros y cámaras. Fue entonces cuando éstos le informaron de la identidad de la persona que había realizado la compra y el motivo de la reunión festiva. Alejandro Sanz había conseguido que el material secreto llegara sin interferencias.

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