En mayo de 1995 Alejandro vuelve a la carga, tras dos años de ausencia, con el disco "Tres" con el que se cuela directamente en los primeros puestos de las listas de éxito. "Han sido dos años de trabajo duro, muchas horas de escribir y componer, aprendiendo un montón de cosas, sobre composición, por ejemplo. He sido más exigente que nunca y confío que se note una mejoría en todo, en el disco, en la forma de cantar, pues lo hago en una tesitura mucho más amplia, con mucha más expresión." - dice. Le preguntan si es su mejor disco hasta la fecha a lo que responde: "Siempre un artista va a decir que su último trabajo es el mejor, pero yo además lo puedo demostrar y lo digo con plena conciencia". Alejandro, de 26 años, reconoce que de aquel joven de 1991 aún le quedan muchas cosas: "Todas aquellas ganas con las que empecé y que quizá perdí durante un tiempo, por cansancio o lo que fuera, pero las he recuperado con todo el brío. Me siento muy identificado con aquel Alejandro Sanz aunque en aquel momento mis inquietudes eran otras. Mi forma de cantar, de escribir, de ver las cosas ahora es diferente. Hoy no escribiría aquel disco, pero me siento orgulloso de aquello" - dice. Y es que el Alejandro de ahora es más maduro: "Aunque nunca se termina de madurar, espero que mañana lo sea más que hoy, uno va aprendiendo cosas. Aunque quizá se da uno cuenta de que lo mejor es no madurar del todo. No hay que perder la inocencia, porque eso te permite creer en muchas cosas que ojalá crea toda mi vida" - responde. Alejandro no puede evitar que se hable de las fans: "Es un público tan respetable como el que más y a mí me interesa mucho. Además durante este tiempo las he echado de menos. Al principio es como la paz, la tranquilidad, pero luego te entra una especie de vacío" ni de los críticos: "En realidad me dan igual. Recibo críticas de las personas que están muy cercanas y me dicen siempre la verdad y yo mismo soy muy autocrítico. Si empezara otra vez el disco seguro que cambiaría cosas". Lo que está claro es que este singular cantante está de nuevo en el ojo del huracán, en el corazón y en las carpetas de las adolescentes.
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