viernes, 14 de junio de 2013

Gira La música no se toca - Alejandro Sanz regresa a su ciudad talismán

Es el hijo de Cádiz y Moratalaz más conocido del mundo. Vende millones de discos, acumula premios y suma miles de seguidores en las redes sociales. Alejandro Sánchez Pizarro o Alejandro Sanz (Madrid, 1968) va y viene de Madrid a Miami para ofrecer al público sus letras de amor y desamor. Ahora regresa a los escenarios para pedir que no le toquen la música. Su nuevo disco ha cosechado importantes cifras de venta. Después de más de 20 años de carrera, este joven al que su madre iba a apuntar a kárate, pero como estaba cerrado el centro lo apuntó en clases de guitarra, se ha ganado a pulso el respeto del público y de la crítica. Nonito Pereira, periodista musical, lo califica como el segundo Julio Iglesias. Precisamente, el espectáculo de la gira de presentación de "El tren de los momentos" recordó en parte a los del otro madrileño internacional. Escenario descomunal, una banda extraordinaria, voces femeninas de tronío en los coros, espectacular despliegue de luz y sonido... Como ya se había visto antes a Julio Iglesias en el Coliseo. Pereira destaca la gran formación de Sanz y asegura que su tercer trabajo supuso un punto de inflexión en su carrera. "Es una persona muy ligada a la música, incluso antes de saborear el triunfo. Su tercer disco, Básico, le cambió su carrera musical. Buscó más el estilo de la balada italiana y tiró hacia adelante. Está muy preparado musicalmente, se ve que no es producto de un concurso que se agota con el segundo o tercer disco". Fue distinguido con la medalla al mérito de Bellas de Artes y la Casa Blanca le reconoció su aportación a la música latina. La lista de premios y reconocimientos es numerosa, pero sin duda el último homenaje ha sido el más especial. La ciudad de Los Ángeles declaró el 30 de abril como el día de Alejandro Sanz, un gesto que el artista recibió con mucho orgullo y cariño aunque no pudo evitar echar de menos a su madre, fallecida hace un año. "Es muy curioso, sobre todo en Los Ángeles, donde hay tantísimas estrellas, tanta gente a la que darle días. Es algo que recibo con mucho orgullo y cariño, aunque me hubiera gustado que mi madre viviera, porque le habría encantado comentarlo con sus amigas y presumir", declaró Sanz durante la presentación de la gira en Madrid. Dice Sanz, que lleva sangre gallega en las venas (su abuelo Sánchez era de Santiago), que tratará de "hacer un repertorio que satisfaga más o menos las expectativas de todo el mundo", aunque siempre haya alguien que eche de menos una canción concreta. Sanz regresa a la tierra donde "se enamoró" por primera vez a los 14 años, y donde tuvo que "huir" de los paparazis hace seis años para que no le fotografiaran con la que ahora es su mujer y madre de su hijo. Eran los comienzos de su relación, y la primera aparición pública de la pareja después de que una revista del corazón los pillara "en actitud cariñosa" y lo llevara a primera plana. La expectación estaba garantizada. Pero su idilio con el público coruñés comenzó mucho antes. El 5 de agosto de 1992, Alejandro Sanz se subía al escenario de un recién estrenado Coliseo. Miles de adolescentes se habían congregado allí para ver la actuación del ídolo pop del momento. Los estribillos de "Pisando fuerte", "Los dos cogidos de la mano" y "Se le apagó la luz" fueron demasiado para muchas de las fans, que se desmayaron entre gritos de histeria. En total se contabilizaron 160 lipotimias y mareos. Ese mismo día Alejandro Sanz también demostró su gran calidad humana. Mientras realizaba una prueba de sonido, una madre y su hija llamaron a las puertas del recinto. Traían una carta. La firmaba una niña tetrapléjica, la otra hija de la mujer, ingresada en el Hospital de A Coruña. En cuanto se la entregaron, el de Moratalaz preguntó. "¿Está muy lejos el Hospital de A Coruña?". Allá se fue. Cuando cruzó la puerta de la habitación del antiguo Canalejo, la niña rompió a llorar. Estuvo con ella, y con otros pacientes, durante una hora. Sanz no le dio publicidad al gesto, que fue revelado años después por los responsables del recinto.Pero no solo ostenta el récord de desmayos, sino que es el artista que más veces ha visitado el Coliseo y el que más público ha congregado en el recinto: 73.500 personas. En tres de sus ocho visitas anteriores ha conseguido colgar el cartel de no hay billetes, y en otras tantas ha rozado el lleno absoluto. Si mañana consigue llenar podría batir otro nuevo récord, el de llenos, que hasta ahora comparte con Maná. Él lo ha dicho en varias ocasiones, A Coruña es una "ciudad talismán". Por algo será.

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