En octubre de 1997, Alejandro elige México para su auténtica prueba de fuego: la presentación mundial de "Más", su último disco. Vestido de negro y ceñido, se pone a tiro de los temibles periodistas que quieren saberlo todo sobre este disco: "Ha sido un proceso complicado y doloroso. Tuve que seleccionar diez de un total de treinta temas, y dejar veinte canciones fuera, cuando todas tienen algo, es muy difícil". Alejandro se lo ha tomado en serio y es que cuando uno lleva años en la cresta de la ola, el listón está cada vez más alto. Pero con su empeño, su talento y su entrega total, le ha salido un disco alucinante, diferente a los anteriores pero no por ello menos apasionado: "Yo soy muy pasional y eso cantando se me nota mucho". Alejandro hace gala de ello tocando una versión acústica de "Corazón partío" ante todos los allí presentes. "Cada vez que estoy en el escenario vuelven a pasar por mi mente todos los recuerdos que me inspirarion al escribir la canción. Así es como debe der, sino sería aburridísimo cantar una canción como si estuviera recitando la tabla de multiplicar" -dice Alejandro que no le cuesta interpretar sus temas con tanto sentimiento "porque lo siento muy dentro. Piensa que cantar es lo que siempre he querido hacer y que las canciones las he escrito yo, así que es normal que me salgan con tanta pasión". Las canciones de "Más" son de doble lectura: "No siempre debes dejarte llevar por lo que dice la canción, porque bajo un disfraz romántico y bucólico puede esconderse un mensaje paralelo. Pequeñas frases claves para entender el significado del tema". Y es que a Alejandro le gusta que la gente pueda participar en sus canciones y llevarlas por donde quieran.
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