¿Cual es tu paraíso?
Pues ahora mismo son estas 10 canciones de mi nuevo disco, en las que pongo mucho de mí, mi nueva apuesta. Creo que los paraísos son esos momentos compartidos con los amigos, con la familia, un asadito, vamos. Cuando preguntamos a la gente en mi página web, qué entendía por paraíso, todos hablaban de esas pequeñas cosas de todos los días, de los detalles cotidianos. La gente no se da cuenta cuál es su paraíso hasta que no se lo preguntan. Me parece que son esas cosas. Alicia Keys me dijo que para ella, su paraíso era escribir la mejor canción con un amigo.
¿Cómo surgió lo de preguntarse sobre el paraíso?
Me parece que en cada disco mío hay una palabra guía... Y aquí fue ésta, como búsqueda de algo mejor en cuanto a valorarse, superarse. A los católicos creyentes, desde pequeños, nos inculcan que nos echaron del paraíso por comer una manzana. Si nos llegábamos a comer todo el árbol, imagínate... Pero yo no creo que nos hayan echado del paraíso, creo que vivimos en un mundo que es un paraíso maravilloso, sólo que después nosotros lo jodemos bastante. Por eso creo que joder poco es importante en la vida. A veces cuando me preguntan qué haces por los demás, pues no jodo, que no es poco.
El de tu disco no es un paraíso cualquiera, es express, más bien parece instantáneo y descartable.
Claro, hay algo de la inmediatez de esta época que está presente. Pero además, es express porque es realmente urgente encontrar estos pequeños oasis.
Las nuevas canciones, ¿tienen que ver con alguna etapa en particular de tu vida, con haber llegado a los 40 años?
Esto es consecuencia de todo lo anterior. Hubo muchos cambios a lo largo de mi vida y creo que tengo grupos de discos relacionados con diferentes momentos. 3, Más y El alma al aire son como un bloque muy creativo y No es lo mismo y El tren de los momentos pertenecen a una etapa más oscura de la que no reniego, ¿eh?... Bienvenida oscuridad. Hay que pasar por ella para después salir, y ahora es algo distinto; me pasé como 14 horas por día produciendo el material.
Después de casi 20 años de carrera, ¿te sentís en una etapa más madura?
No sé si es madurez; es una vuelta de tuerca más, te lo puedes tomar más en serio o más a la coña, pero con la música nunca dejas de aprender. No soy de creer en los años, no creo que te cambien, pero sí los acontecimientos que te van pasando: cuando te conviertes en padre, cambias de ciudad o de trabajo o te abandonas a tu suerte.
En todas tus canciones, el tema principal sigue siendo el amor. Es un tema inagotable, ¿verdad? Es cierto. Es que el amor es una fuente inagotable de dudas, es lo que tiene de maravilloso. El amor, la muerte son esos misterios sobre los que puedes escribir toda la vida y seguir sin tener ni puñetera idea. Hay que dejarse sorprenderse por eso. Tuve una etapa en la que traté de ser más costumbrista, un poco la escuela Serrat y Sabina. Pero volví a lo abstracto, digamos.
Cada artista tienen sus temas sobre los que siempre vuelve.
Sí, como le pasa a los pintores también o a los escritores. Además llega el momento en que buscas revolcarte en la palabra por la palabra misma, por el gusto. Por eso en este disco hay algunos juegos de palabras, pero sobre todo hay juego en la intención.
Hablando del amor, ¿cómo estás de amores?
Ja, ¿ es una pregunta, así, como de amiguetes? Pues, bien, ¿Y tú?
Bien, gracias ¿Y vos?(Risas).
Estoy en un buen momento, hay distintas etapas y está bien vivirlas todas. Yo soy un poco rebeldón para eso, un corazón inquieto. Creo que no dominamos nada, las circunstancias nos dominan y bueno, sí, la vida es más bonita estando acompañado.
Tirado relajadamente en un sofá de la suite del hotel donde se aloja, Sanz se muestra simpático, preguntón y muy conversador, salvo para algunos temas (sentimentales) que esquiva con gracia. Pero vuelve a mostrarse distendido cuando habla de sus hijos, Manuela (8) y Alexander (6). "Viven separados, pero los junto en los cumpleaños, las fiestas, Navidades y se llevan de maravilla. No es fácil ser padre estando mucho tiempo viajando, con las giras. Pero yo pasé lo mismo de pequeño, porque mi padre era artista y por seis meses no sabía nada de él. Ahora con los medios que hay trato de estar comunicado mucho, de pasar tiempo de calidad con ellos. Es lo que nos ha enseñado la vida moderna, ¿no? Compartir los roles, la crianza, no tomarlo como cargas sino como un regalo. Está bueno también terminar harto de ellos y decirles: "A ver si ya se duermen, niños".
Sé que te interesa mucho la fotografía y la pintura. Contame un poco de esas facetas tuyas.
Bueno, en una gira hice fotos y luego armé una exposición. Creo que es otra parte de mi expresión artística. Da igual si es de un modo o de otro, me gusta la fotografía, pero no domino su técnica. La pintura sí, al menos estudié como autodidacta, me compré muchos libros. Y durante cuatro o cinco años, aparté todo lo de música de un sector de mi casa y lo llené de lienzos y pinturas. Y me dediqué a pintar.
¿Y qué salio de todo eso?
Bueno, cosas muy interesantes. Primero pinté todos los demonios y pinté todas las mujeres del mundo, después empecé con lo abstracto. Pasé por todas las escuelas y estilos, después probé con calidades: yesos, resinas. Buscaba equilibrios, texturas. Hice un par de exposiciones: con la primera me fue muy bien y con la segunda muy mal, porque hubo cosas mezcladas, de distintas épocas.
Algunas de esas exposiciones fueron para recaudar fondos para causas solidarias, ¿es así?
Sí. El trabajo solidario es algo de toda la vida, soy como una especie de mercenario de estas causas. Siempre cuando haces estas cosas surgen escépticos que piensan que los artistas lo hacen por promoción. Pero alguna vez Antonio Banderas me dijo: "Usted, hágalo. Por lo que quiera, pero hágalo". Y yo creo que al final, si puedes ayudar a algunos niños, a ellos les da igual y lo vale. Lo importante es que llegue algo de eso que haces porque hace mucha falta. Sobre todo en Latinoamérica, con tantas necesidades. La igualdad de oportunidades debería estar en las constituciones de todos los países. El hecho de nacer en un país o en otro no puede condenarte a pasar hambre o que no te puedas desarrollar, es una gran injusticia porque uno no elige dónde nacer. Estuvimos con otros artistas en la Cumbre de Presidentes pero hablas con unos y con otros y finalmente te das cuenta que es todo de boquilla, el poder sólo cuida al poder. Ese es el problema.
A Sanz le espera un 2010 con gira por Latinoamérica, los Estados Unidos, España y otros países donde su nombre empieza a sonar: Alemania, Francia, Italia, Holanda."Por aquí estaremos de vuelta en febrero tal vez, ya con los shows", adelanta. Ahora que llegaste al paraíso, ¿que vendrá después?¡Que no sea la última estación, que sea la penúltima! Como con las copas: siempre conviene tomarse la penúltima. Mejor morirse vivo.
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