¿Cómo va la gira?
De maravilla. Los conciertos son viajes únicos de los que la gente sale muy contenta. El espectáculo de luces también gusta mucho. Llevamos unas mallas de leds que sorprenden al público.
Comienzas una de tus canciones diciendo "Eres tanta gente que dime con quién hablo ahora", ¿con qué Alejandro Sanz hablamos ahora?
Con el de la gira, con un tipo en un buen momento, que hace feliz su trabajo, que se siente tranquilo consigo mismo y que no puede estar mejor.
Cuando echas la vista atrás y ves que has vendido 25 millones de discos y has ganado 17 Grammys, ¿qué sientes?
Siempre agrada ver buenas cifras, pero cada vez que sales al escenario tienes que mostrar lo que vale tu música como si empezaras de cero. Los millones de discos y los premios no te aseguran que vayas a hacer buenos conciertos, sólo son un estigma.
¿Qué queda, dentro de la estrella internacional que eres ahora, del chico que creció en el barrio de Moratalaz?
La esencia para escribir las canciones de siempre. No puedo perder la perspectiva. Tengo que seguir trabajando con humildad porque hay mucha gente joven que viene apretando detrás.
Para ti, ¿qué es el "coraje" que tanto nombras en tus letras?
Echarle valor a la vida y a las situaciones difíciles. Detrás de la esperanza está el coraje, es lo último que se pierde.
En 1997, con el disco Más y la canción Corazón Partío, alcanzaste una cuota muy elevada como artista, ¿cómo se sigue haciendo música después de eso?
Después de un disco así es complicado. Es más difícil sobreponerse al éxito que al fracaso. Le ha pasado a muchos compañeros. Más es un álbum redondo, una referencia del pop español. Hay quien opina que después de un trabajo así, con que los siguientes discos sólo tengan un single pegadizo, tienes las ventas aseguradas. Nunca he sacado un disco con una única canción buena, no me lo permite mi orgullo. Si no confío en las diez canciones no lo saco. Incluso en los álbumes más oscuros de mi carrera, como pueden ser No es lo mismo o El tren de los momentos, hay grandes canciones desconocidas.
Has sido una de las primeras celebridades españolas en usar Twitter y tu web tiene cada vez más interactividad, ¿el negocio musical va por ahí?
No hago estas cosas para sacarles rentabilidad económica, sino para estar en contacto con mis fans, que son los que me dan la fuerza.
En una entrega de premios dijiste que "los piratas siempre se hunden", ¿sigues creyendo en ello o eres de los de si no puedes con tu enemigo únete a él?
Si no se hunden, los piratas se matan entre ellos. España no es un buen ejemplo, después de China es el país con más piratería. Hay que compaginar la tecnología con una regulación adecuada, sino esto va a ser un caos. No es sólo la música, es el cine, la literatura. No podemos vivir en un mundo democrático y capitalista en el que por una parte todo tiene un valor y por la otra vale todo.
¿Está en crisis la industria discográfica?
Hay una crisis muy grande que sólo ha dejado en pie a tres compañías: Sony, Universal y Warner. Muchos factores han contribuido a la crisis, pero también hay gente positiva que piensa que esto se recolocará y se premiará el trabajo.
Me gusta mucho el eslogan que dice que la música es cultura y empleo. Y la crisis general, ¿te afecta?
A todo el mundo le afecta. Yo llevo a muchas familias trabajando conmigo a lo largo del año. Aunque está claro que el que tiene un colchón más amplio lo puede usar más tiempo.
¿Cómo se explica que una persona que gana tanto dinero como Alejandro Sanz se queje de la crisis?
A mí me da pudor quejarme, no lo hago por mí, sino por los que no tienen voz. Y por las cosas poco halagüeñas, como lo que pasó en el Congreso el jueves. El que lleva un timón debe ser serio y competente en su trabajo.
¿Crees qué los artistas tienen que estar comprometidos con la sociedad?
Es lo mínimo que podemos hacer, darle voz a los que no la tienen y recaudar fondos cuando hace falta, como hemos hecho con los terremotos de Haití y Chile. Además, es un ejemplo que se da a mucha gente que sigue nuestras carreras. Mis clubs de fans son muy activos y solidarios. Si jodiéramos menos y cada uno pusiéramos una semillita, viviríamos mucho mejor.
¿Qué mundo te gustaría que heredaran Manuela y Alexander (sus hijos)?
Me gustaría que fuera un mundo sin injusticias. Lo demás, el hambre, los desastres ecológicos tiene arreglo. Pero la injusticia es la madre de todos los problemas. Así que siempre voy a ser un mercenario de las causas justas.
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