sábado, 18 de septiembre de 2010
Gira Tour paraíso - Sanz saldó su deuda con Zaragoza
Alejandro Sanz no defrauda. Parece que el cantante ha encontrado su verdadero paraíso con el último disco, canciones que demuestran su madurez musical y con las que sus seguidores se encuentran encantados. Llegó, abandonó las bambalinas y las más de 7.000 personas que casi abarrotaban el pabellón Príncipe Felipe se rindieron a su particular voz y a su guitarra colgada de una cinta con símbolos del ying yang. Sus fans de Zaragoza le reclamaban tras seis años sin parar por la ciudad. Los más insistentes acamparon la noche del jueves junto a las instalaciones del Príncipe Felipe para ver a su ídolo, aunque muchos tuvieron que dejar la guardia por la lluvia. A las 20 horas se abrieron las puertas, y el pabellón no tardó en llenarse, incluso dos horas antes de que se iniciara el concierto. Así saldó su deuda de seis años de ausencia con Zaragoza. El Alejandro Sanz de anoche, ya en la cuarentena, ha madurado pero sigue apasionando. "Zaragoza, ¿entonces qué, hay concierto?" se dirigió al público tras una ovación cerrada y antes de arrancar con "Mi Peter Punk", uno de los temas de su último disco. La segunda canción de la velada fue toda una declaración de principios, "Lo que fui es lo que soy". "¡Alejandro!¡Alejandro!"El pabellón se convirtió en un coro. "Zaragoza, ¡cuánto tiempo!¡No me dejéis irme tanto tiempo!", pidió. Prometió: "Van a pasar muchas cosas esta noche, y no solo en el escenario, porque también está el resto de la vida". Y hasta bromeó: "¿Quién trabaja mañana? Yo también". Más de 7000 personas (el público, en su mayoría femenino, era muy variado, desde jóvenes de 17 años hasta mujeres más mayores que le siguen desde su adolescencia) sonaron al unísono coreando sus canciones, desde las míticas "Corazón Partío", "Quisiera ser" o "No es lo mismo" hasta sus últimos éxitos "Nuestro amor será leyenda" y "Looking for Paradise". Sanz demostró encontrarse en un momento muy estable. Con "Desde cuando" y "Viviendo deprisa", ese debut de 1991 por el que parece que no pasa el tiempo, muchos se percataron de los resultones efectos de luces en tres dimensiones. No faltaron caras conocidas, como las de un buen puñado de concejales zaragozanos, la consejera de Ciencia, Pilar Ventura y los jugadores zaragocistas Lafita y Leo Franco, entre otros. Quedaba noche por delante. Sanz se mostró cercano y cariñoso con su público. Uno de los momentos más bonitos y especiales se vivió poco antes del final del concierto cuando Sanz se sentó al piano para interpretar, prescindiendo de su banda, "Lo ves" y "Tú no tienes la culpa". Después, de nuevo las dos coristas y los siete músicos de su banda le acompañaron en el último bis donde los clásicos "Amiga mía" e "Y si fuera ella" pusieron el broche a una noche mágica.
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