lunes, 9 de noviembre de 2009

"Mi prioridad es cantar en Venezuela"

El jueves aprovechó unos minutos libres, entre los ensayos que tuvo para participar en la décima ceremonia de los Grammy Latinos, para atender la llamada de teléfono en Las Vegas. "¿A qué no me vas a preguntar de política?", pregunta Alejandro Sanz, con su voz risueña y aterciopelada, antes de que el interlocutor pronuncie palabra alguna. "Ya veremos", es la respuesta que le roba algunas carcajadas al cantautor español. "La espero con ansias", dice con aires de niño juguetón el madrileño de raíces gaditanas. El cantante conoce muy bien las pasiones que despierta en Venezuela por su verbo comprometido y sin bozales. De un lado están sus admiradores enfebrecidos que han seguido sus 17 años de carrera artística. Del otro, sus detractores, entre los que se halla el Concejo Municipal de Caracas, que lo declaró hace más de un año persona no grata por haber hecho unas declaraciones en contra del presidente Chávez. La situación hizo que el cantautor cancelara ­por miedo a represalias­ las presentaciones que tenía previstas en febrero de 2008 en el país. "Quiero ir a tocar a Venezuela, creo que es lo que tengo que hacer. Es como una espinita que tengo clavada... No podré vivir bien hasta que no me la saque. Mi opinión sobre la política todo el mundo la sabe, eso no lo puedo cambiar, pero hay que poner prioridades: quiero cantar allá", expresa el músico de 40 años de edad, que además espera que ese regreso al país coincida con la presentación de su más reciente disco, Paraíso Express. El martes se hará el lanzamiento oficial de su octavo disco de estudio, del que poco se sabe porque la producción se ha guardado con recelo. El tema promocional del álbum, que canta a dúo con Alicia Keys y se llama "Looking for paradise", ya suena en las radios.

-¿El disco llega en una época de más calma en su vida?

-Es una etapa más calmada porque he delegado toda la producción. En el álbum anterior estuve metido 14 horas al día en el estudio. Cuando por fin lo terminé, estaba cansado para asumir la promoción. Paradise Express no tiene nada de caña, es más atemporal. El tren de los momentos era más introspectivo, éste es más pensado hacia fuera, mucho menos autobiográfico.

-¿Cuántas canciones escribió para el nuevo álbum?

-No muchas. Normalmente hago 20 o 30 canciones, en esta oportunidad hice 13. Tenía muy claro lo que quería: obviar el tema de los arreglos flamencos y latinos, concentrarme en más pop, más rock. Fue una decisión algo inconsciente.

-¿Dónde escuchó por primera vez el disco? ¿Cómo se sintió?

-Siempre mi primer instinto es probarlo en el carro. Es uno de los mejores sitios porque cuando lo colocas en el reproductor, inmediatamente entras en el viaje del álbum. Me agrada la cosa de la intimidad, como es un espacio cerrado. Cuando lo escuché por primera vez me sentí satisfecho. Eso es mucho porque yo soy siempre de los que pone una nota que dice algo así como "Tiene que mejorar". En este caso le puse: "Tiene buena actitud".

-¿El lugar de creación influyó en el sonido?

-Lo empecé a escribir en un ranchito que tengo en España, pero más que el sitio lo importante es que tuviera un espacio donde estuviera mi guitarra, la grabadora y el piano. No siempre tiene que ser algo paradisíaco, aunque sí es verdad que una vez que estás en el estudio, puede influir el lugar donde estés viviendo.

-¿Miami o Madrid? ¿Cuál considera su verdadero hogar?

-Soy un poco nómada, me viene de los ocho siglos que los españoles estuvimos conquistados por los árabes. Me siento bien en España y en Estados Unidos. Procuro llevar un poco de mi hogar donde esté. Por eso también me parece importante estar en contacto con mis hijos, Manuela vive en Madrid y Alexander en Miami. Pero los junto en fechas importantes para que, dentro de todo esto, puedan tener una vida de lo más normal.

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